¿Te gustaría conocer una estrategia para mantenerte actualizado y entusiasmado con la vida? En este artículo encontrarás una breve aproximación a las bondades de mantener un aprendizaje permanente y una estrategia de cinco pasos para facilitar el camino de aprender.
¿Sabías que jamás paras de aprender?
El aprendizaje tradicional, o más bien la educación tradicional y el sistema, en muchos casos nos han programado para creer que tenemos límites en torno a nuestra capacidad de aprender.
Es decir que, han limitado el aprendizaje a conocimientos técnicos y profesionales básicos para que seamos “útiles” a la sociedad, sin tomar en cuenta nuestras aficiones, habilidades individuales, ni todas las dimensiones de nuestro ser. Como son las emociones por ejemplo.
Esta errónea aproximación al oficio de aprendiz, ha creado en muchos de nosotros una genuina y bien fundada resistencia a seguir aprendiendo luego de haber culminado nuestros estudios “formales”. Y nos han inducido a perder la perspectiva de nuestra verdadera naturaleza.
Por ello, es importante reconocer, antes que nada, que todos los seres humanos tenemos un impulso natural de explorar, aprender y crecer. Todas esas acciones mejoran nuestra calidad de vida, aportan a nuestro sentido de vida y a la autoestima.
Si no lo has notado, evoca varias etapas de tu vida y recolecta memorias sobre cuando aprendiste a montar en bicicleta y por fin pudiste manejar por ti solo sin rueditas ni auxilio
.
¿Qué sentiste?
¿Acaso eso no te trajo satisfacción y una sensación de logro infinita?
Y si no te gustan las bicicletas, a lo mejor te diste a la tarea de subirte a unos patines o a una patineta… caíste y te levantaste no sé cuántas veces, no renunciaste, y finalmente pudiste mantenerte en pie.
Y eso, ¿Cómo se sintió?
Aprender a coser un calcetín, tomar el autobús correcto para regresar a casa, orientarte en una ciudad nueva, usar un nuevo microondas, pasar de usar la televisión de tubo a una televisión inteligente con pantalla LED, de la máquina de escribir al ordenador, del teléfono fijo con disco a un teléfono inteligente con pantalla táctil que se maneja por voz…
Aprender a meditar, a gestionar las emociones en momentos de profunda crisis, a hacer yoga, a practicar un deporte, a hablar un nuevo idioma…
Podría continuar ad infinitum con ejemplos de como la humanidad se ha visto desafiada a aprender constantemente nuevas habilidades técnicas y humanas para adaptarse constantemente a un mundo veloz.
Sin embargo, una vez atravesado el desafío, que bonito se siente saber algo nuevo, ser más solvente, manejar mejor tus emociones, qué sé yo….
¿No es cierto?
Yo por mi parte, te confieso que, una de las actividades que mayor satisfacción me provee en esta vida, es la posibilidad de aprender algo nuevo.
Me gusta mirar las cosas con ojos nuevos, con los ojos de una eterna aprendiz, disfruto sorprendiéndome con nuevos hallazgos, nuevas ideas, con la diversidad de la vida.
Y desde ese lugar, te invito a que me acompañes a indagar sobre los beneficios de mantenerte aprendiendo constante y conscientemente.
El aprendizaje permanente…
Eleva la confianza y la autoestima.
El adquirir nuevos conocimientos o habilidades es algo que puede aumentar la confianza en ti mism@, tanto en tu vida personal como en la profesional.
En tu vida personal, la satisfacción de dedicar tiempo y esfuerzo a aprender, mejorar e implementar nuevas rutinas te proveerá de una sensación de logro y te hará sentir más conectad@ con el sentido de vida.
Y en tu vida profesional, esta autoconfianza se verá reflejada en la calidad de tu desempeño al ejecutar actuales y nuevas tareas, y curiosamente te sentirás más motivad@ para seguir aprendiendo.
Reduce la aversión a tomar riesgos y te hace más adaptable al cambio.
Aprender nuevas habilidades y conocimientos, ampliará tu horizonte y te permitirá resolver nuevos y más complejos desafíos.
Por lo tanto, te facilitará la adaptación a realidades distintas a las que estás acostumbrado. Y además, te permitirá sentir mayor seguridad al aceptar nuevos retos y tomar decisiones en tu vida personal y profesional.
Ayuda a lograr una vida personal más plena y satisfactoria.
El reconocimiento de los intereses y objetivos personales, y el adquirir nuevas habilidades y competencias alrededor de los mismos, te permitirá reactivar tu vida. Te hará vibrar de manera diferente, y por lo tanto, reducirá el aburrimiento, y hará de tu cotidianidad algo mucho más interesante.
Nunca se sabe a dónde te llevarán tus intereses, si te enfocas en ellos, quién sabe, podrías abrir nuevas puertas y detectar increíbles oportunidades.
Sin importar si persigues tus intereses y pasiones personales o tus ambiciones profesionales, el aprender permanentemente te ayudará a alcanzar la plenitud y la satisfacción personal.
Desafía tus creencias y te permite expandir el horizonte.
El permitir entrar en tu vida el hábito de aprender y actualizarte constantemente es una efectiva herramienta para poner en revisión y desafiar ideas, creencias e incluso algunos juicios maestros que han definido tus acciones y decisiones.
El abrir los ojos a nuevas realidades, te dará la oportunidad de mirar más allá de viejos hábitos que han estado limitando tu visión y tu avance hacia tus propios objetivos.
Mejora otras habilidades personales y profesionales.
Si te pones en marcha con el aprendizaje permanente, en poco tiempo te darás cuenta de que junto a la habilidad que estás ocupado aprendiendo, se irán incorporando, desarrollando y fortaleciendo otras habilidades y conocimientos.
Por ejemplo, si decides aprender a dibujar, alimentará tu creatividad, concentración, capacidad de observación e incluso permitirá que construyas nuevas conexiones neuronales que luego podrán ayudarte en el ejercicio de otras artes.
Aprender a coser, aunque parece algo muy cotidiano, requiere de complejos procesos mentales que fomentarán la capacidad de concentración, atención plena, creatividad, resolución de problemas, entre otras.
Puede ser muy divertido, si así lo decides.
Muchas veces la rutina diaria nos consume y hacemos las cosas simplemente porque tenemos que hacerlas… limpiamos la casa, lavamos los platos, hacemos un informe, entregamos un producto, y un sin número de tareas que consumen nuestro tiempo, y con él, nuestro entusiasmo, creatividad y energía.
Sí, indudablemente hay labores que debemos realizar, sin embargo, no por eso debemos convertirnos en esclavos de nuestro día a día.
Es por esta razón, que incluir en tu agenda espacios de formación y aprendizaje continuo le inyectará a tu vida una motivación renovada. El descubrir lo que te inspira te devuelve las riendas de tu vida y te recuerda que realmente puedes hacer las cosas que quieres hacer.
¿Te das cuenta?
Desarrollar nuevas habilidades es mucho más que solo incorporar una nueva técnica. Esta te puede ayudar a desarrollar habilidades interpersonales. La creatividad, la resolución de problemas, el pensamiento crítico, la capacidad de reflexión, la adaptabilidad y muchísimo más.
Y, ¿Qué puedo incorporar como aprendizaje permanente en mi vida?
Esa decisión está en tus manos, todo depende de cuánto tiempo decidas dedicarle, de tus gustos, aficiones y necesidades.
Sin embargo, a continuación te propongo algunos tipos de actividades que podrías incluir en tu programa personal de aprendizaje permanente:
Desarrolla una nueva habilidad cotidiana. Algo que no practiques a menudo o a la que no le hayas dado mayor importancia y que te resulte atractiva o desafiante. Por ejemplo: coser, tejer, cocinar, hablar en público, etcétera.
Aprende ese nuevo idioma que siempre has querido aprender. No es necesario que te vincules de inmediato a un instituto o a la educación “formal”; hoy en día existen un sinnúmero de aplicaciones, gratuitas y de pago, que con pocos minutos al día te darán ese primer empujoncito que necesitas para empezar.
Interésate por ese tema inexplorado que te resulta tan atractivo. Busca un tema de tu interés sobre el que no hayas profundizado e investiga más sobre él; escucha un podcast, mira una serie de vídeos, utiliza todos los recursos que tenemos a mano hoy en día para volverte un experto.
Practica un nuevo deporte o actividad de desarrollo personal. ¿Abandonaste hace mucho tiempo la práctica de una disciplina y crees que ya no eres capaz? ¿Siempre quisiste practicar yoga, pero crees que no eres lo suficiente flexible, o paciente, o joven, o sano, o lo que sea? Pues, haz caso omiso de esas autoimpuestas limitaciones y empieza a dar tus primeros pasos en ese nuevo o recuperado campo de acción y ponte en marcha. (Empieza en pequeño y ve avanzando a tu ritmo y sin detenerte)
Aprende a utilizar una nueva tecnología. Piérdele el miedo a los avances tecnológicos, dales una oportunidad, interésate por aprender a utilizar dispositivos inteligentes, nuevas aplicaciones y software. E incluso si te atreves, quieres desafiarte y te interesa el tema, aprende a programar. Hay muchos cursos de programación para diferentes áreas de interés en internet y puedes empezar desde cero.
Adquiere nuevos conocimientos enfocados a tus objetivos profesionales. Si has decidido por ejemplo: emprender tu negocio y no cuentas con recursos para contratar a un equipo. ¿Qué tal si empiezas a investigar sobre email – marketing? ¿O sobre el manejo de redes sociales como plataformas de difusión? ¿Quizás sobre copywriting? ¿O sobre cómo atraer clientes a tu espacio de coaching?
Ahora que te has dado cuenta de la infinita gama de iniciativas que podrías incorporar en tu vida si te comprometes a vivir el camino del aprendizaje…
A lo mejor te preguntes:
Y ¿Cómo puedo incorporar el aprendizaje continuo en mi vida?
Para ello te propongo una sencilla estrategia de CINCO (5) pasos, que te comparto a continuación:
UNO. Reconoce tus intereses y objetivos personales.
El aprendizaje permanente tiene que ver contigo, no con otras personas y lo que ellas esperan de ti. Reflexiona sobre lo que te apasiona y lo que imaginas como visión de futuro.
Si te das cuenta de que tu interés personal es progresar en tu carrera profesional, pues predisponte a convertirte en un autodidacta enfocado en ese objetivo. Si por el contrario, el aprender sobre historia del arte y lenguas antiguas es lo que te apasiona, pues enfoca tus esfuerzos en este propósito.
Piensa, reflexiona, evalúa qué es eso que te motiva y te hace sentir viv@.
DOS. Haz una lista de lo que te gustaría aprender o ser capaz de hacer.
Una vez que tengas claridad sobre tu gran tema o temas de interés, haz una lista tan amplia como te sea posible de todas las habilidades y competencias relacionadas con la consecución de ese objetivo que quisieras cultivar.
Y desde luego, toma en cuenta que no es lo mismo querer aprender francés por la satisfacción del deber cumplido, que querer convertirte en traductor o maestro de este idioma. Estos son diferentes niveles de interés que conllevan diferentes formas de aprendizaje y grados de compromiso con tu objetivo.
TRES. Empieza desde el principio.
Prioriza las actividades, habilidades y competencias que hayas colocado en tu lista.
Toma la primera actividad de tu lista y analiza los recursos de que dispones para llevar a cabo el aprendizaje.
Investiga y lee sobre tu tema de interés. Verifica la información. Empieza a buscar mentores o expertos, libros relacionados, cursos y formaciones disponibles, blogs, podcasts, todo lo que esté a tu alcance.
Ahora, una vez que te has empapado ligeramente del tema, decide cuál será el grado de compromiso y el tipo de aprendizaje que vas a requerir.
CUATRO. Incluye el objetivo de aprendizaje en tu vida.
Antes de que empieces a desanimarte y pienses en abandonar la jornada, porque tienes una vida muy ajetreada y sientes que te será imposible incluir una cosa más a todo lo que tienes que hacer durante el día, detente a pensar en todos los beneficios que este aprendizaje le traerá a tu vida y no renuncies.
Una vez que te hayas repuesto de la reacción inicial y te vayas calmando, recupera el entusiasmo que te da la posibilidad de aprender algo nuevo y organiza tu agenda.
No tienes que separar demasiado tiempo para empezar, por ejemplo: si tu intención es aprender un nuevo idioma, puedes empezar con 15 minutos diarios, o incluso menos.
Empezar con pequeños pasos puede ser de gran ayuda para mantener este nuevo hábito de aprendizaje a largo plazo.
CINCO. Comprométete y acciona.
El amor por el aprendizaje permanente y la formación continua puede ser una virtud o convertirse en el peor de tus enemigos a la hora de tomar acción hacia la consecución de tus objetivos. Pues si no lo has notado es la excusa perfecta para no ejecutar tus planes.
Es por eso que no es suficiente aprender algo nuevo. Necesitas aplicar los nuevos aprendizajes sobre la marcha, que por cierto es una de las más efectivas maneras de afianzar el conocimiento.
Así que, el comprometerte con ser un aprendiz para toda la vida y hacer que ese aprendizaje te transforme a ti y al mundo que te rodea, es el paso más importante al que debes estar dispuesto.
Te invito a comprometerte.
Estoy seguro de que esta información llevada a la acción, te será de mucha utilidad si estás decidido a disfrutar del aprendizaje.
Excelente nota.