¿Qué aportes hacemos para reducir las barreras que nos separan de un auténtico aprendizaje?
Las barreras que nos separan de un auténtico aprendizaje nos llevan a comprender que quizás la idea de barrera ronda en nuestra mente sin cesar. Ahora bien, si comenzamos hoy a derribarlas, cada día podremos estar más cerca de nuestros objetivos, metas, acciones, y proyectos, logrando así un auténtico aprendizaje.
“El secreto para una vida plena es tener más comienzos que finales” David Weinsbaum
El primer paso hacia el cambio, es la aceptación de lo que nos pasa. Y fundamentalmente, aprender a aprender, apropiándonos de elementos que nos permitan enriquecernos interiormente, con la ayuda del otro.
Es necesario un buen trabajo en equipo con una revisión del observador que estamos siendo, en función de las acciones y de los resultados que estamos obteniendo. Una nueva conversación es muy valiosa, considerando cuáles son las creencias o juicios desde donde partimos, y el estado de ánimo que tenemos frente a ese desafío. Muchas veces cambiando nuestra respiración, y postura corporal, logramos ver cosas diferentes.
En fin el aprendizaje como distinción nos permite también ser observadores diferentes, con acciones y resultados exitosos, si así lo elegimos y queremos.
Entonces, ¿Cuáles son las barreras que queremos quitar para desarrollar un auténtico aprendizaje?
¿Cuándo se genera en mí la apertura al aprendizaje?
Cuando soy capaz de reconocer que hay cosas que no sé; cuando elijo salir de mis propias creencias limitantes,
Por ejemplo: “Este trabajo o esta carrera no son para mí.” “No soy bueno para eso.” “Yo no puedo.”
Cuando logro observar la habilidad que tengo para diferenciar los juicios que hago sobre mis acciones, de los juicios que hago sobre mi ser.
La primera postura que adopto me abre a la búsqueda del aprendizaje de la competencia que he declarado no saber. Mientras que la segunda postura me desvaloriza como persona.
Tomar conciencia que otros saben más que yo en muchos temas; en consecuencia, debo elegir pedir ayuda y permitir que otros me enseñen; necesito comprender que el aprendizaje es un proceso continuo que lleva su tiempo, donde la oportunidad implica desarrollar la paciencia.
Adoptar una actitud de flexibilidad ante la incertidumbre; fortalecer mi confianza para relacionarme con el nuevo aprendizaje. Adoptar una actitud que me permita cuestionar mis certezas e incertidumbres; tratarme con amor y respeto ante mis errores; desarrollar mi capacidad de desaprender lo aprendido para volver a aprender.
“No sólo actuamos como somos, sino que, también somos de acuerdo a cómo actuamos. El hacer nos constituye en lo que somos. La acción genera nuestro ser.” Rafael Echeverría.
Los hombres y mujeres vivimos en mundos interpretativos
Por tal motivo, la casi totalidad de los problemas que nos afectan y nos hacen sufrir no dependen del mundo externo, sino, fundamentalmente, de las interpretaciones que tenemos de nosotros mismos y del mundo que nos circunda.
Si logramos estar abiertos al aprendizaje de lo nuevo, estamos frente a una competencia fundamental, que nos posiciona para ser más efectivos frente a la vida, aumenta nuestra productividad y mejora nuestra calidad de vida.
El futuro se muestra más exitoso para aquellas personas que saben cómo ampliar continuamente su aprendizaje. El aprendizaje y la acción nos acercan a resultados satisfactorios. El aprendizaje nos permite incorporar y adaptar lo nuevo a lo cotidiano.
Las barreras que nos separan de un auténtico aprendizaje nos permite observar que también nos separan de los objetivos, metas, acciones y resultados; se reducen con pequeños pasos dados cada día. El primer paso se llama aprendizaje, ahora.
“No importa cuán duro haya sido tu pasado, siempre puedes volver a empezar” Buda.
Por más grandes que sean tus barreras, hoy puedes comenzar a aprender. Ahora bien, ¿Vale la pena seguir aprendiendo?
El futuro se muestra prometedor para aquellas personas que saben cómo ampliar continuamente su aprendizaje. De manera que aprender a aprender es una competencia que nos posiciona para ser más efectivos, productivos, y con mejor calidad de vida.
Sin embargo, ofrecemos resistencias al aprendizaje levantando barreras, a veces tan altas, que se nos hace un tanto complicado derribarlas.
En algunas áreas de nuestra vida, construimos lo que a mí me gusta llamarle, barreras en el aprendizaje. Estas barreras, nos limitan a la hora de querer desarrollar la competencia aprender a aprender. Voy a citar algunos ejemplos, a modo de reflexión, a fin de que podamos derrumbar paso a paso las barreras imaginarias que supimos conseguir.
Barreras que nos limitan a aprender
Incapacidad para decir “No sé”
Nos cuesta reconocer que hay cosas que no sabemos. ¡Esto es muy complicado para mí! ¡Yo no puedo! ¡Como soy, no puedo aprender eso!
Los ejemplos mencionados, son algunas de las declaraciones que, nos impiden abrirnos al aprendizaje de lo nuevo.
No sabemos que no sabemos.
Es aquí donde tenemos que tener presente de no caer en el fenómeno de la Ceguera Cognitiva. Para poder aprender hace falta una declaración de ignorancia, esta, es el umbral del aprendizaje.
Querer tenerlo todo claro todo el tiempo.
Cualquier momento de confusión es evitado a toda costa, entonces, es necesario estar abierto a admitir que para llegar a saber pasamos por el no saber.
No mostrarnos responsables frente al aprendizaje,
Responsabilidad y humildad, son distinciones fundamentales frente al aprendizaje.
La actitud grave, que alguna gente adopta, cuando cree que sabe.
La autorreflexión, nos ayuda a evaluar las actitudes que adoptamos frente al aprendizaje.
La actitud trivial, que alguna gente adopta, al tomarse todo en broma.
Desde la distinción compromiso, es necesario trabajar esta barrera.
La incapacidad de desaprender lo aprendido.
Hay veces que pensamos que si algo funcionó bien hasta ahora lo va a seguir haciendo, entonces hace falta una nueva conversación para que los resultados no sean los mismos de siempre.
El olvido del cuerpo.
El aprendizaje ocurre en el cuerpo, en nuestra capacidad de incorporar nuevas competencias, y lo hacemos a través del cuerpo, el lenguaje y las emociones.
Confundir aprender con informarnos, y ausencia de contexto adecuado.
Con el propósito de que ocurra un auténtico aprendizaje, debemos abrirnos a la posibilidad de aprender, tener apertura a lo nuevo, y una disposición a cuestionar lo que conocemos. Las emociones constituyen un elemento fundamental en el proceso de aprendizaje, y la disposición a lo nuevo ocurre a partir de la apertura emocional.
Es importante darle la autoridad a otro para que nos enseñe, significa confiar en sus enseñanzas, y aceptar un no saber.
A modo de reflexión, te pido que te conectes con tus emociones, controles tu cuerpo, hagas tres respiraciones profundas, y respondas a los siguientes interrogantes:
¿Qué acciones de aprendizajes, te permitirían ser más efectivo y productivo?
¿Qué áreas de tu vida presentan más barreras de aprendizajes?
En conclusión si yo quiero y lo elijo, puedo derrumbar las barreras que me separan de un efectivo aprendizaje.
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